A partir de un edificio existente que había albergado numerosos destinos comerciales, se proyectó el local bancario proponiendo un crecimiento importante en superficie, y transformando completamente la preexistencia. La escasa área disponible implicó un verdadero desafío para poder acomodar el complejo funcionamiento de un Banco.
La imagen propuesta fue la primera de una serie de intervenciones para el mismo cliente, y sentó la base de la comunicación edilicia de la institución. Si bien se respetaron las instrucciones internacionales del cliente, la volumetría propuesta es exclusiva para Uruguay y pretende armonizar con las edificaciones circundantes, conformando un área de cruce de calle de fuerte impronta comercial