La sucursal de Banco Santander ubicada dentro del predio de la Universidad Católica decide volcar su operativa exclusivamente para los estudiantes de dicha institución. Con tal fin se solicitó al estudio la elaboración de un proyecto de sucursal con espíritu más juvenil, para acercarse y dialogar mejor con su público objetivo.
Es así que la planta baja se dedica a la atención por parte de oficiales de cuenta, en un espacio que enfatiza el color corporativo en elementos básicos como la alfombra y los paramentos, equipado con muebles de líneas simples y colores claros, con espacios de espera asemejables a livings descontracturados, sin recurrir al uso de equipamiento o cartelería de manual de la marca.
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